La estrategia del riesgo II: Antonio Ivorra-Luis María Vieito, 1988

Si en mi partida con Félix J. Montoya, la espectacular combinación con la que conseguí la victoria fue pura casualidad, en esta nueva entrega de ajedrez fantástico, la suerte vino por gracia de un débil planteo de mi rival, y por un pequeño error a la hora de elegir qué peones capturar. La partida tiene su historia: campeonato comarcal por equipos, antes llamado Interclubs en contraposición al Provincial; el Club Escacs Novelda, recien fundado, visita al fuerte equipo de Aspe, capitaneado por el fortísimo Pavía; mi adversario, un hombre de cierta edad, se prepara el terreno advirtiéndome: fui campeón de Tenerife. Muy moreno no estaba, cierto, pero cualquiera sabe. Cuando apenas llevábamos cuarenta minutos de juego, se dio la posición que sigue: ¿Quién de vosotros se resistiría a la tentación de enrocar? Pues los sensatos. Yo no me pude contener y, con determinación, jugué: 16....O-O-O?! que por la cara que me puso Manolito González, desde su tercer tablero, no debía de ser muy buena. P...