Tratado de buenas maneras en Ajedrez I

Vivimos en un tiempo en el que los buenos modales no andan a la última. Pareciera que un comportamiento cortés o educado, se valore como trasnochado en este joven siglo XXI. El Ajedrez no se libra de este mal gusto generalizado que, de momento con más pena que gloria, los reglamentos tratan de eliminar. Anda el asunto del apretón de manos al comenzar y concluir la partida, entre los más polémicos del momento. Todo comenzó con el match Kramnik-Topalov, cuando el búlgaro acusó a Vladimir de usar el aseo como sala de análisis con PC. Al final, el tema concluyó con un monumental escándalo y los dos rivales evitando, aún hoy, darse la mano. La Federación Internacional de Ajedrez, a raiz de ello, incluyó en sus normas que negarse a dar la mano supodría la pérdida de la partida. Claro, si los dos están de acuerdo en no saludarse, pues no hay sanción. Mala ley, entonces. Cheparinov a punto estuvo de perder contra Short por tal villanía. Casualidad: el mánager de este último negador de manos es el mismo que el de Topalov, o sea, Danailov.

Ya podemos enumerar una norma de buenas maneras en ajedrez:

NORMA 1: Darás la mano, o aceptarás la de tu rival, al comenzar y al terminar la partida.

COROLARIO 1: A ser posible un apretón dentro de los límites de lo razonable: o sea, ni una mano blanda tipo babosa, ni una tipo del centro de Bilbao, que le trastorne los huesos propios de la mano al rival de turno.

COROLARIO 2: Si tu estás sentado para comenzar la partida, y tu rival llega con algo de retraso, puedes hacer como que te levantas para saludarle, aunque no completes la jugada. Viste mucho, y da buena impresión.


A otra especie de mal gusto pertenecen los que realizan sus movimientos de pie, como sin molestarse. Generalmente se trata de jóvenes mal orientados, que piensan que su chulería les concede cierto nivel. Efectivamente, nivel sí que otorga, pero no ajedrecístico precisamente. Más bien de idiotez. Lo curioso, es que nunca juegan así cuando están perdidos, sólo cuando llevan ventaja. No conozco ejemplos entre los Grandes Maestros (salvo cuando dan simultáneas, pero es que sería un rollo sentarse y levantarse unas 800 veces por sesión), pero sí unos cuantos entre los jóvenes alicantinos. Esto nos permite pasar a la norma 2:


NORMA 2: Jugada de ajedrez es el movimiento de una pieza sobre el tablero cuando la distancia entre el asiento del jugador y su culo es una sucesión que tiende a 0.

EXCEPCIÓN 1: Impedimentas físicas: se permite el uso de flotadores para aliviar la zona. Entonces la distancia entre los puntos de la sucesión es equivalente a lo hinchado que esté el flotador.

EXCEPCIÓN 2: Llamada el síndrome de Anthony Miles, genial jugador británico, ya desparecido, que tuvo que jugar acostado durante un torneo, por una dolencia de espalda.

Como colofón a la sesión educacional de hoy, vamos a hablar del Avituallamiento en Partida. Hay de varios tipos:


a) Nervioso-Compulsivo: Comedor de caramelos, chupa chups, chicles y otras golosinas, generalmente envueltas con papel ruidoso, y que generan un molesto sonido succionador al ser consumidas.


b) Bebidas gaseosas e/o isotónicas: Síndrome del corredor de Maratón. Hidratación por líquidos. Generalmente personas educadas, sólo molestan al destapar el bote. A veces se produce una breve aspersión, que puede mojar a los del entorno, sobre todo si el bebedor es nervioso, y ha agitado el envase imprudentemente.


c) Bocata: viene envuelto en papel de aluminio. Resulta molesta su apertura, que suele coincidir con el tiempo de reflexión del rival. Provoca un proceso geológico llamado "Mar de migas", que obliga al limpiado del tablero repetidas veces.


Con estos presupuestos, enumeramos la tercera norma de buenas maneras

NORMA 3: Comer podrás, pero al rival no molestarás. Lo mismo para los bebedizos.

COROLARIO 1: El bocata, o bebida, deberán estar visibles desde el inicio de la partida, y no ser proporcionados durante la misma por un tercero, para evitar mensajes cifrados, dependiendo del sabor, color, tamaño o ingredientes del refrigerio. Recordemos las instrucciones que recibía Karpov en Baguío 78, dependiendo del color de su yogourt.

COROLARIO 2: Manchar la planilla con aceite es jugada ilegal. Dos manchas, pierde la partida. Si el aceite es de oliva, se permite una mancha más.

Seguiremos con nuestro tratado de buenas maneras en próximas entregas. Hasta entonces, nombramos caballero de honor de las buenas maneras al GM Húngaro PETER LEKO, verdadero gentleman del tablero.





Comentarios

Opinador Lenguaraz ha dicho que…
Me encantaron tus normas de comportamiento, sobretodo los corolarios, y perdona que no te haya podido responder hasta ahora. ¡Más vale tarde que nunca!
Ahora te contaré algunas de las cosas que me han ocurrido en mi ya larga vida ajedrecística, por si te interesan para seguir redactando normas.
Me he encontrado con jugadores que durante toda la partida no cesan de darle al botncito del bolígrafo: clic, clic, clic, clic, una y otra vez. También con jugadores que poseen una especie de mirada hipnótica, pues no dejan de mirarte a los ojos durante toda la partida, incluso en su tiempo, cuando les toca pensar a ellos, te aseguro que llega a ser molesto.
Por suerte ahora ya no se puede fumar en la sala de juego, pero antes, había gente que se fumaba un puro delante del tablero y te echaba el humo a la cara.
También he sufrido la presencia enfrente de mí, de jugadores con tics o manías compulsivas que llegan a resultar molestas, de otros cuya respiración tiene más decibelios que el sonido de un bombo, incluso de otros que no pueden evitar estornudar o toser continuamente, por lo que el tablero, si no giran su cabeza a tiempo, es regado por aspersión, aunque bueno en estos casos tienen excusa.
Los que no la tienen son los marrulleros, los que juegan al ajedrez sólo para ganar el punto y se saben todas las triquiñuelas del reglamento que permiten ganar una partida por cualquier tontería. O los que se ponen a comentar la partida o cualquier otra cosa a tus espaldas. También hay alguno que cree sabérselas todas y se te pasa la partida diciéndote: tienes que apuntar antes de apretar el reloj, y luego te dice: tienes que apuntar después, cuando te queda menos de un minuto de tiempo con el único objetivo de desconcentrarte.
Hay por ahí algún jugador, que siempre que acaba la partida, en lugar de reconocer el resultado como justo, alega que estaba enfermo, que le dolía la cabeza, pero lo sorprendente es que pasa todas las veces que juegas contra él, y todas las veces que juega contra jugadores que conozco, ¡qué vaya al médico de una vez!
También hay casos de jugadores que llegan a la partida con un cierto pedete lúcido, pelín borrachos vamos. Lo peor del caso es que tienes que sufrir sus bocanadas de aire con tufillo a destilería, cuamdo no extraños sonidos estomacales o guturales. Y todavía peor, es que a veces te ganan en ese estado, y claro, te da vergüenza reclamar control antidopping porque te ha ganado un borracho.
Y lo dejo ya contándote algunas cosas que me han ocurrido con un buen amigo, al que aprecio mucho como jugador y como persona, pero que siempre ha tenido cierta fama de marrullero. Ya siendo chavales, me intentó ganar una partida rey y torre contra rey y torre, relojeándome, menos mal que intervino el árbitro. Su última fechoría conmigo, fue la de presentarse borracho y tarde a jugar contra mí, una partida en la que yo pensaba abandonar desde el inicio para no falsear los resultados de un torneo del que me iba a retirar por circunstancias personales. El buen señor, llega, me da la mano, contraviniendo yo tu corolario 2 sobre éste aspecto, ve que yo también había llegado tarde, y sin jugar se va de la sala de juego, para comprar agua y despejarse un poco, ¡sin hacer su jugada! Pero bueno, a pesar de todo, si algún día lees esto, querido amigo, que sepas que te quiero igualmente, je, je.
Un saludo Gran Akiba.

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