Vasily Smyslov, el portador de la armonía II: cuando la experiencia es un grado

Son muchos los debates que se han abierto en el mundo del ajedrez, respecto a qué jugador ha sido el mejor de la historia. Comparar ajedrecistas de épocas distantes, es tan inútil como injusto, por lo que la tarea de encumbrar universalmente a un sólo jugador no debería exceder el terreno de las preferencias personales. Precisamente, mi opinión personal es la que pretendo mostrar. Y no es una afirmación absoluta de mi parecer, que siempre habita en la duda de si uno u otro, sino una reflexión en voz alta, sobre lo que últimamente ha llamado mi atención al recorrer la carrera de algunos de los más insignes ajedrecistas: la longevidad deportiva.



Y es aquí cuando sobresalen sobre los demás,  tres nombres que supieron perdurar a los años y a la senescencia, manejando su magisterio más allá de la sesentena, con resultados sobresalientes: Lasker aún tuvo arrebatos de genialidad en sus últimos años, como en el torneo de Nottingham 1936, donde consiguió 8,5 puntos en 14 rondas, ante los mejores jugadores del momento, cuando ya andaba cerca de los setenta años:


En los días que corren, es Viktor Korchnoi, quien reparte lecciones entre los jóvenes a los que triplica la edad, o más, con un ánimo y una vitalidad insultantes a sus ochenta años recién cumplidos.

Pero hoy la memoria se posa, casualmente, en Vasily Smyslov.
Echando un vistazo a revistas  algo veteranas que tengo por casa, tropecé con los 8x8 del gran divulgador que fue Román Torán, que cubrieron el ciclo del Campeonato del Mundo de 1984, que deparó el primer match Karpov-Kasparov. En aquel ciclo, del que surgió Gary como candidato, Vasily Smyslov fue el gran protagonista: el otrora campeón del mundo,  ya sobrepasados los 60 años,  se plantaba en la final de Candidatos, tras eliminar a jugadores tan solventes como el alemán Robert Hubner o el húngaro Zoltan Ribli. 

Esto ya es excepcional en sí, aunque uno podría pensar que Vasily se sirvió de un ajedrez académico, universal, haciendo valer su mayor sabiduría y su superior técnica finalística. Pues no. Y ese no, es la razón de este homenaje. Smyslov jugó un ajedrez imaginativo, directo, superior en concepción al de sus rivales. La partida que  le ganó a Ribli en la quinta ronda del match, habla por si sola.

Smyslov,Vassily (2600) - Ribli,Zoltan (2615)


1.d4 Cf6 2.Cf3 e6 3.c4 d5 4.Cc3 c5 5.cxd5 Cxd5

Smyslov, en el tomo II de su antología de partidas, comenta que le prestó especial atención a esta continuación, en su preparación para el match.

6.e3 Cc6 7.Ad3 Ae7 8.0-0 0-0 9.a3 cxd4 10.exd4 Af6 11.Dc2

[En esta posición era más conocida 11.Ae3 pero Smyslov optó por una maniobra más directa.]

11...h6

[11...Cxd4 12.Cxd4 Axd4 13.Axh7+ Rh8 Lo mejor es seguir la propuesta de Smyslov 14.Ae4! y el blanco queda con una ligera pero perdurable ventaja estratégica, debida a la diferente seguridad de los reyes.(En su momento, los analistas propusieron para el blanco 14.Td1 sin prestar atención a la respuesta 14...Cxc3 15.bxc3 Axf2+ 16.Rxf2 (16.Rh1 Dh4) 16...Dh4+ que deja una buena partida al negro.) ; Es usual 11...g6 12.Ah6 Te8 13.Tad1]

12.Td1 Db6

El juego negro gira en torno al peón aislado blanco de d4.

13.Ac4 Td8

[No es conveniente 13...Cxd4 por 14.Cxd4 Axd4 15.Ca4 Román Torán, en su revista 8x8, deja su análisis aquí, indicando que el negro pierde el alfil. Por suerte, Smyslov es algo más preciso, y nos muestra el camino hacia la ventaja, ya que hay una jugada intermedia negra que ofrece alguna resistencia táctica. 15...Dc7 16.Txd4 b5 Ante la indefensión de la dama blanca, el negro trata de aprovechar la clavada del alfil de c4. 17.Axh6! y ahora no hay defensa ante 17...gxh6 (tampoco arregla nada 17...f5 18.Txd5 Dxc4 (18...exd5 19.Axd5+) 19.Dxc4 bxc4 20.Ta5 gxh6 21.Cb6! Con ventaja blanca.) 18.Tg4+ Rh8 19.Dd2 Y la amenaza de mate en h6, arruina al negro.]

14.Ce2 Ad7 15.De4

El blanco busca montar la batería dama/alfil, con la dama por delante.

15...Cce7 16.Ad3 Aa4?

[Era esencial luchar por el cambio del alfil de casillas blancas con 16...Ab5! Ahora se permite la peligrosa penetración de la dama blanca.; También es interesante la propuesta de Román Torán 16...Cg6 ]

17.Dh7+ Rf8 18.Te1 Ab5 19.Axb5 Dxb5 20.Cg3!

El blanco confía en el poder de su ataque, y deja la dama expuesta en h7, donde puede correr el peligro de ser arrinconada.

20...Cg6 21.Ce5

Esta jugada es posible gracias a la torre de e1.

21...Cde7

[21...Axe5 No funciona, como demuestra la variante 22.dxe5 Re7 23.Dxg7 Th8 24.Cf5+ exf5 25.e6]

22.Axh6!!


22.Ah6!!
Smyslov no rehuye el juego complicado, a sus 62 años, y maneja la partida con espectacular estilo.

22...Cxe5

[Es inútil 22...Axe5? 23.Txe5 Cxe5 24.Dxg7+ Re8 25.dxe5 Dxb2 26.Df8+ Rd7 27.Td1+]




23.Ch5!

La clave de la maniobra. Se amenaza tomar en g7 con el alfil, con ataque de mate.

23...Cf3+

[23...gxh6 24.Dxh6+ Ag7 25.Dxg7+ Re8 26.Cf6#; 23...Cf5 24.Cxf6 Cxh6 (24...Cd7 resiste algo más.) 25.dxe5 Cf5 26.Tac1]

24.gxf3 Cf5

[24...Dxh5?? 25.Axg7+]

25.Cxf6 Cxh6 26.d5

Vassily especula con la apertura de líneas, ante el rey negro expuesto.

26...Dxb2 27.Dh8+ Re7 28.Txe6+!

28.Te6!!

Nuevo sacrificio, basado en el tema de ataque a la descubierta sobre la dama. Quien diría que es Smyslov y no Thal o Bronstein el que maneja las piezas blancas.

28...fxe6 29.Dxg7+ Cf7 30.d6+!!




El último esfuerzo

30...Txd6 31.Cd5+ Txd5 32.Dxb2 b6 33.Db4+ Rf6 34.Te1 Th8 35.h4 Thd8 36.Te4 Cd6 37.Dc3+ e5 38.Txe5!



   Como diría Capablanca, una "pequeña combinación" parra simplificar la tarea. Ahora el tema táctico es la clavada.

38...Txe5 39.f4 Cf7 40.fxe5+ Re6 41.Dc4+ Una ofrenda de Smyslov ante el altar de Caissa. 1-0



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