El Gran Akiba I: Rotlewi-Rubinstein, Lodz 1907

Hay partidas que nos influyen de una manera determinante en nuestra forma de entender el ajedrez. Y no me refiero a la comprensión como medio para alcanzar un nivel ajedrecístico, sino al entendimiento del juego en todas sus facetas, independientemente de nuestra fuerza como jugadores. La que vimos anteriormente, entre Christiansen y Korchnoi fue una de ellas. La de hoy representa la carta de presentación de quien ocupa el primer lugar de mis preferencias, y a quien va dedicado este blog: Akiba Kielelewich Rubinstein, sin duda el mejor jugador del primer cuarto del siglo XX. Su partida contra Rotlewi es todo un modelo de ejecución táctica de un plan estratégico bien concebido. Desviación, sobrecarga, ataque sobre columnas y diagonales (la geometría del tablero, en suma), tiempo contra materia, son varios de los temas tácticos empleados por Akiba en esta partida. La primera posición importante, se produce recién acabada la apertura:

En verdad, había estudiado esta partida innumerables veces, y nunca había reparado en esta posición. Aparentemente está igualada. Pero Akiba, que comentaba con austeridad sus partidas, nos hace reflexionar sobre lo que ocurre sobre el tablero:

"Se ha llegado a una posición simétrica, salvo que la torre negra del flanco de rey ya está en juego, mientras que la blanca aún se encuentra en f1. Además le toca jugar al negro, por lo que la iniciativa le corresponde. Está claro que las blancas han jugado con imprecisión la apertura"


Cuando lees este comentario, no vuelves a ver la posición con los mismos ojos. Es la cristalización de la sutileza. No nos habla de un ataque sobre el rey, ni sobre puntos débiles o fuertes. Nos habla de tiempos, de la potencialidad de la posición. Akiba continúa la lección con su alto magisterio.


Dama amenazada. Alfil amenazado. Caballo necesitado de defensa. Dicho así, la posición negra pareciera un desastre. Akiba resume su siguiente jugada con un lacónico: "en realidad el secreto ha consistido en eliminar la pieza defensora"


La base de la defensa blanca es el alfil de e4. Si éste cae, su posición se verá comprometida. Primer defensor, el caballo de c3. Entonces, no cabe otra que 22...., Tc3!!


El blanco tiene poco donde elegir. Tomar el caballo lleva al mate: 23.Ac3, Ae4. Tomar el alfil de b7, tampoco arregla nada: 23.Ab7, Tg3 y el ataque sigue implacable. Rotlewi capturó la dama.


¿Y ahora qué? Siguiendo las instrucciones de Akiba, habría que seguir minando la defensa del alfil de e4. ¿Cuál es su único defensor? La dama. Pues, vamos por ella.

23. ..., Td2!!

Rubinstein tuvo que tener prevista esta jugada cuando realizó su jugada 20..., Cg4. O incluso antes. Da la impresión de que nada puede cambiarse de lugar. Que ninguna jugada es superflua.

Ahora, Rotlewi, no puede evitar el desastre.

24.Dd2, Ae4 25.Dg2, Th3!! y el blanco abandonó.

Creo que todos entendereis el porqué es una de mis partidas favoritas. Qué el Gran Akiba nos inspire.

Comentarios

SUPERMENDO ha dicho que…
Es buenísima la partida.

A ver cuando pones otra.

Te conozco del Campeonato de Benidorm.

Estuve participando y hablamos mientras estabas en Internet, y me dijiste que tenías este blog.

Saludos

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